Por Robert Wright (traducción de Ana Charfén)Cada noche, miles de padres, siguiendo los consejos comunes de cómo cuidar a sus hijos, hacen uso de un ritual macabro. Ponen a su bebé de algunos meses en una cuna, salen del cuarto, y estudiadamente, ignoran su llanto. El llanto puede durar de 20 a 30 minutos antes de que el padre pueda regresar. El bebé puede ser acariciado pero no levantado, y el padre debe irse rápidamente, después de lo cual el llanto vuelve. Eventualmente el sueño llega, pero el ritual se repite si el bebé se vuelve a despertar durante la noche. La misma cosa sucede la siguiente noche, excepto que el padre debe esperar cinco minutos más entre el tiempo que va a ver a su bebé y lo consuela acariciándolo. Esto dura una semana, dos semanas, tal vez un mes. Si todo va bien, finalmente llega el día en que el bebé se duerme solo sin llorar, y no toma alimento durante toda la noche. Mamá y papá sienten que “ya la hicieron” Esto se conoce como “Ferberizar” a un niño, por Richard Ferber. el experto americano más conocido en sueño infantil. Muchos padres piensan que sus consejos para dormir a los bebés son crueles, pero persisten, porque les han dicho que no le hacen daño al bebé. Ferber dice que este ritual es el proceso natural del niño para aprender a dormirse solo. Lo que suena para el oído no entrenado como un bebé luchando en protesta desesperada de abandono, es descrito por Ferber como un niño “aprendiendo nuevas asociaciones”.
En este punto, les diré mi propia experiencia: Mi esposa y yo somos Ferberizadores fallidos. Cuando nuestra primera hija demostró que podía llorar por 45 minutos sin parar, nos dimos por vencidos y la dejamos dormir en nuestra cama. Cuando nuestra segunda hija nació tres años después, ni siquiera nos molestamos en armar la cuna. Ella no era muy chillona, y parecía una buena candidata para la Ferberización, pero descubrimos que ya nos gustaba dormir con un bebé. ¿Cómo tuvimos el valor para desafiar la sabiduría y los consejos populares de como hacer dormir a un bebé? Esto nos lleva a nuestra segunda experiencia (peligrosamente familiar para muchos lectores): Darwinismo. Para nuestra especie, el arreglo natural para la noche es que los niños duerman cerca de sus madres por los primeros años. Por lo menos es la norma en las sociedades de cazadores grupales, lo más cercano que tenemos al ambiente social del cual los humanos evolucionaron. Las madres amamantan a sus hijos para dormir y luego amamantan a libre demanda a través de la noche. Suena cansado, pero no lo es. Cuando el bebé llora, las madres amamantan como un reflejo, a menudo sin despertarse del todo. Si llegara esta a despertar y estar completamente consciente, se duerme rápidamente junto con el bebé. Como el padre que soy, que puedo dar fé de esto, uno no se despierta completamente
Así que la Ferberización, es antinatural. No necesariamente quiere decir que sea mala. La técnica podría no ser dañina (aunque de hecho si lo puede ser, como veremos a continuación). No intento quitarle a Ferber su derecho de predicar la Ferberización o de los padres a practicarla con tal de dormir en paz. Cada quien sabe lo que hace. Lo que es molesto es que Ferber solo acepta su método como el bueno. El implica que si los padres no siguen su método, están cometiendo un delito, como si los bebés necesitaran dormirse solos en su cuarto. “Aún si tu y tu hijo parecen felices de compartir la cama durante la noche”, escribe Ferber, “y aún si parece dormir bien en tu cama en la noche, a la larga este hábito no puede ser bueno para ninguno de los dos.” En la televisión he visto a un padre admitir con vergüenza ante el famoso gurú del cuidado de los bebés T. Berry Brazelton que le gusta dormir con su hijo de 3 años. Uno pensaría que el pobre padre “cometería incesto”.
¿Por qué exactamente es malo dormir con los niños? . El aprender a dormir solos, dice Ferber, ayuda a tu hijo a “verse a si mismo como un ser individual”. No lo entiendo. No es nada obvio para mí como un bebé puede desarrollar un sentimiento robusto de autonomía al estar confinado en un pequeño cubículo con barrotes a los lados y sojuzgado sin poder influir en su medio ambiente. (Menos obvio estos días, cuando muchos niños están 40 horas a la semana en guarderías, y necesitan entrenamiento extra de autonomía) Me encantaría ver evidencia de que eso es correcto, pero no hay ninguna. Al comparar como se desarrollan los niños Ferberizados con los no Ferberizados, no nos dice nada, ya que los padres tienen muchas otras maneras de criar y las variables no se pueden controlar.
Al carecer de datos, la gente como Ferber o Brazelton hacen afirmaciones creativas acerca de lo que sucede dentro de la cabeza de los bebés. Ferber dice que si dejas dormir un bebé entre tu y tu esposo(a) “en el sentido de que los separa a los dos, el bebé se puede sentir muy poderoso y preocuparse”. Bueno, él podría sentir eso, supongo, o tal vez puede solo sentirse acurrucadito y calientito. Es difícil de decir (de hecho si se ven “acurrucaditos”). Brazelton dice que cuando un niño se despierta en la noche y tu te niegas a ir por él. “Tal vez no le guste, pero él entenderá”. ¡Oh, Dios!
De acuerdo a Ferber, el problema de dejar a un niño que tiene miedo de dormir solo, en tu cama es que “tu realmente no estás resolviendo el problema. Debe haber alguna razón por la que tenga tanto miedo”. Claro, debe haberla. Tal vez el cerebro de tu hijo fue diseñado por selección natural a través de millones de años durante los cuales las madres durmieron con sus bebés. Tal vez entonces si los bebés se descubrían completamente solos en la noche a menudo significaba que algo horrible había sucedido, digamos que la madre se la había comido una bestia. Tal vez el cerebro joven está diseñado para responder a esta situación en llorar histéricamente para que algún pariente que lo pudiera escuchar lo pudiera encontrar. Tal vez, para hacerlo más corto, la razón por la cual los niños que al dejarlos solos suenan aterrorizados, es que los niños al dejarlos solos se aterrorizan, tal vez sea eso.
Algunas semanas de terror nocturno presumiblemente no van a dañar permanentemente a tu hijo. Los humanos son resistentes por naturaleza. Si la teoría de Ferber hace daño a los niños, lo hace indirectamente: el negar la leche de la madre al niño durante la noche. La leche materna, se ha descubierto que es como una “placenta externa” cargada de hormonas perfectamente diseñada para ayudar al desarrollo. Un estudio demostró que aumenta el coeficiente intelectual. Presumiblemente, muchos de los beneficios del amamantar se pueden conseguir a través del día. Pero ciertamente no sabemos que un período de 11 horas sin amamantar no haga daño. Y si sabemos que tal período de tiempo no es parte natural del plan para un bebé de cinco meses, por lo menos para las sociedades de cazadores grupales. O al juzgar a la leche en sí misma: es delgada y acuosa, típica de las especies que amamantan frecuentemente. O al juzgar a las madres: Al no amamantar en la noche, puede causar doloroso hinchamiento o hasta infección en el seno. Entre tanto, toda la evidencia disponible sugiere que la alimentación nocturna es natural, Ferber dice lo contrario. Si después de los 3 meses de edad tu bebé se despierta en la noche y quiere comer “es que está desarrollando un problema del sueño”.
Generalmente yo no me quejo de las estructuras sociales patriarcales opresivas, pero el Ferberizar es una buen ejemplo de una de estas. Como los entusiastas de la “cama familiar” han notado, los doctores varones, que no tienen idea de lo que es la maternidad, han intimidado a las mujeres por décadas a practicar cosas no naturales y destructivas. Durante algún tiempo los doctores decían que las madres no deberían amamantar más seguido a sus bebés que cada cuatro horas. Ahora admiten que estaban equivocados. Durante un tiempo, presionaron a las madres a alimentar a los bebés con botella. Ahora admiten que estaban equivocados. Por un tiempo les decían a las mujeres embarazadas que deberían mantener la ganancia de peso al mínimo (¡y algunas mujeres lo lograban fumando más cigarros!). Equivocados otra vez. Ahora les dicen a las madres que deben negar el alimento a los infantes toda la noche, cuando los bebés tienen algunos meses de edad. Ya hay signos de que este “consejo” está por comprobarse que es incorrecto. Aunque Ferber no ha puesto su bandera blanca, Brazelton suena cada vez menos preocupado de los padres que duermen con sus bebés. (No nos sorprenda que la persona menos “estricta con los infantes”, la famosa experta en cuidado de los niños, sea una mujer, Penélope Leach). Mejor tarde que nunca. Pero en el cuidado de los bebés, así como en las ciencias del comportamiento, generalmente, nos podríamos haber ahorrado mucho tiempo y problemas si reconociéramos que los humanos somos mamíferos, y ponderáramos las implicaciones de este hecho.
Robert Wright es el autor de
The Moral Animal: Evolutionary Psychology and Everyday Life.Ilustracion porRobert Neubecker.
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